Siendo el primer centro de estas características que se realiza, no disponíamos de referencias y modelos anteriores a seguir. La futura extensión de estos servicios a otras capitales del País Vasco, condicionaba una imagen que fuese reconocible con pocos elementos, incluso en situaciones y espacios diversos.
De las relaciones geométricas posibles, elegimos una modulación basada en cinco cubos perfectos, cuatro de ellos transparentes y el central -aseos y almacén- traslúcido. Estas cajas -realizadas con bastidores de acero y vidrio laminar- ocupan el espacio en toda su profundidad, permitiendo una relación visual entre locales, óptima transmisión lumínica y un razonable aislamiento acústico.
La iluminación artificial, la calefacción y la ventilación mecánica se incorporan de modo autónomo en cada pieza acristalada. El contenedor se reviste en su totalidad -suelos, paredes, techos- con madera, para enfatizar la dualidad de los objetos/cajas dentro de la caja principal.