El edificio se sitúa en un entorno de gran calidad paisajística, poco habitual en un área industrial.
Su frontalidad realza el magnífico telón de fondo que componen las montañas del sur.
Para paliar el impacto visual del gran aparcamiento -500 vehículos- se proyecta debajo de la cota cero, a cielo abierto, oculto tras un entramado metálico que soporta una masa vegetal de parra virgen. Al tratarse de hoja caduca, permite una protección solar óptima en verano, recibiendo sol directo en invierno.
Las oficinas se sitúan sobre una plataforma –a modo de bandeja que une los lados Este y Oeste del solar.
Exteriormente el edificio se recubre con una piel de barras verticales que actúan al mismo tiempo de elemento portante y regulación solar.
Dos cuerpos rectangulares conectados por patios articulan el espacio interior. Todos los locales disponen d luz y ventilación directa al exterior.
