El Colegio actual se organiza en dos cuerpos:
El Edificio principal, catalogado dentro del patrimonio Arquitectónico de Vitoria, que no puede ser alterado, y un segundo edificio anexo.
La actuación propone una ampliación del edificio anexo y una estrategia que unifique su imagen. Mediante una operación de camuflaje se introduce una nueva piel de vidrio colgado que envuelve ambas partes.
Esta piel se adapta a las diferentes fachadas, permitiendo la presencia de ventanas (nuevas y antiguas), ocultando núcleos de circulación, etc.
Un gran panel acristalado en voladizo oculta una secuencia de escaleras directas al patio de juegos.
El prisma de vidrio resultante se confronta con el viejo edificio aportando actualidad al conjunto.
Los interiores se rigen por criterios de máxima economía y fácil mantenimiento como corresponde a este tipo de Centros.
Un polideportivo construido bajo el patio completa la intervención.