La actividad del local se distribuye en dos plantas, mientras que el sótano se destina a zona de servicios.
La planta baja contiene dos zonas, una de barra y otra de estancia de mesas claramente diferenciadas.
La planta primera se entiende como zona de estar, aprovechando la magnífica visión que se ofrece sobre la calle peatonal.
La intervención agrupa dos edificios diferentes. Esto ha supuesto una dificultad añadida de tipo estructural.
Los techos y paramentos blancos; los suelos continuos de madera de alta resistencia; así como el acero inoxidable en las zonas más expuestas, completan la reducida paleta de acabados.
Una gran cristalera -de control solar- colocada a modo de pantalla en la fachada sur, aporta la imagen del café; mediante una doble piel de vidrio se regula térmicamente el local.
El antiguo escaparate se conserva para albergar muestras de arte temporales.