La escasa edificabilidad permitida en superficie así como la separación de usos en un espacio tan reducido, conduce a la incorporación de dos patios deprimidos, a través de los cuales se accede a los estudios situados en planta sótano.
Estos patios actuan de fosos separadores de los jardines, proporcionando luz natural y ventilación directa a los locales enterrados.
Las viviendas se desarrollan en planta baja y primera con un programa mínimo. Todo el conjunto se somete a un módulo base de 150 cm. Los módulos de carpintería abordan los distintos requerimientos mediante diferentes vaciados del panel base, con un despiece horizontal y dimensionado constante.
Completando los elementos metálicos, tratados en color gris, las fachadas se revisten con pequeñas piezas de gres cerámico vidriado blanco.
En la fachada sur, un paramento cerámico de diferente color queda atrapado entre los paneles, acusando la intención modular del edificio.